Tuesday, July 16, 2013

"No hay influencia buena, Mr. Gray, toda influencia es inmoral, inmoral desde el punto de vista científico (...) porque influir sobre una persona es transmitirle nuestra propia alma. No piensa ya con sus pensamientos naturales, no se consume con sus pasiones naturales, sus virtudes no son reales para ella, sus pecados –si es que hay algo semejante a pecados– son prestados, se convierte en eco de una música ajena, el actor de una obra que no fue escrita para ella. El fin de la vida es el propio desenvolvimiento; realizar la propia naturaleza perfectamente. Eso es lo que debemos hacer; lo malo es que las gentes se están asustadas de sí mismas hoy día, han olvidado el más elevado de todos los deberes, el deber para consigo mismo.

(...)

Nos vemos castigados por nuestras negaciones, cada impulso que intentamos aniquilar, germina en la mente y nos envenena, el cuerpo peca primero y se satisface con su pecado, porque la acción es un modo de purificación, no nos queda más que el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de una pena, el único medio de desembarazarse de una tentación, es ceder a ella; si las resistimos nuestras almas crecerán enfermizas, deseando las cosas que se han prohibido a sí mismas y además, sentirán deseo por lo que unas leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal.

(...)

Me pregunto quién definió al hombre como un animal racional, es la más prematura de las definiciones. El hombre es una multitud de cosas, pero no es racional; me encanta al fin y al cabo que no lo sea."

 Lord Henry en El Retrato de Dorian Gray por Oscar Wilde

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